viernes, 3 de octubre de 2014

9 problemas graciosos de usar tacones (cuando no te pasan a ti)

Dicen que entre más altos los tacones más sexies las piernas, pero, la mayoría de ustedes, estarán de acuerdo en que entre más altos los tacones más fuerte te vas a pegar cuando te tropieces y te caigas, ¿verdad?

No me malinterpreten, me encantan mis zapatos altos; con mi 1.59 (ya sé, ni siquiera llego al 1.60) los tacones son mis mejores amigos cuando salgo, aparte de que mis piernas se ven laaaargas largas, a nadie le cae mal sentirse más sexy.

El asunto es que no todo es miel sobre hojuelas y andar en tacones es un arte que se domina a base de prueba y error… y claro, de MUCHA práctica. Cualquier mujer que se ha puesto unos tacones altos sabe que con ellos vienen una serie de situaciones particulares, como caminar en la graba o tratar de no tropezarte enfrente de todos.

Hoy les dejamos una lista con 9 problemas graciosos de usar tacones (cuando no te pasan a ti, claro).


El tobillo de hule


Das un paso y luego otro, sin explicación alguna tus tobillos pierden la batalla y ¡zaz! te doblas un tobillo, como si fuera de hule. Sabes que pareces bebé que está aprendiendo a caminar y lo peor del caso es que seguro alguien te vio torcerte el tobillo... y cómo seguiste caminando como si nada.
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Cuando te atoras con algo


Ya sea que el tacón se atore con tu falda, saliendo del metro-carro-camión-bici o en algún hoyo en la acera, te vas a ver toda torpe y tonta cuando tu cuerpo se sigue moviendo… SIN TU ZAPATO. ¿Lo peor? Cuando el zapato se te sale y se queda atrás.
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Los tropezones


Cuando creces más de 5 centímetros algo le pasa a tu cuerpo y las fuerzas gravitacionales parecen estar en tu contra. ¿El resultado? No das más de 10 pasos sin tropezarte.
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Miedo a caerte


Las acciones más simples como subir escaleras, caminar sobre mosaico o atravesar una calle, se convierten en tareas “casi mortales” que sabes que tienes que hacer con mucho cuidado.
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El dolor


Después de una hora en tacones, y digan lo que digan, los pies te empiezan a doler. Después de años de usar tacones obviamente las molestias son menores, pero de que te duelen, te duelen. Y eso no es lo peor, qué me dicen de las molestas ampollitas (que más bien son como llagas en los talones), el callo en el talón que aparece de la noche a la mañana y los dedos aplastados, ¿alguien dijo tortura?
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Los problemas de las mujeres altas


Yo soy pequeña, pero tengo un par de amigas que son altas y cuando usan tacones… bueno, son enormes.
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¿’Llama la atención’?


Ignorar a la chica que entró a la oficina sonando los tacones al caminar es casi imposible. Lo malo es que pensamos que quiere llamar la atención, lo peor es que alguna vez no tocará ser ella.
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Terrenos irregulares


A veces me pregunto cuál será el mejor lugar para caminar en tacones. Ya saben, una superficie donde no te resbales, no te atores, no te tropieces, no te hundas y no te patines. Porque en mi experiencia, las calles empedradas, el pasto, la acera y el piso recién pulido, están ahí para hacerte caer.
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Las flats de la salvación


Tus mejores amigas, tu gusto culposo, tu primer amor. El par de zapatos que te hará olvidar el dolor, el peligro, el miedo y sobre todo, las ganas de tirar todos tus tacones.
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Ojalá todas naciéramos sabiendo caminar en tacones…



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